Festival Aéreo Internacional de Torre del Mar
https://festivalaereotorredelmar.com/
Fernando G. Cajal, Miembro y colaborador de la SAE, que fue maestro ejemplar de varias generaciones de niños, presencia con su mirada especial la VII Edición del Festival Aéreo Internacional de Tore del Mar, para contarnos con pasión y poesía la experiencia, desde el hermoso lugar en el que se siente hermanado y querido. Y nos lo cuenta así:
10 de septiembre de 2023
Día de disfrute intenso. Tres horas recreando un espectáculo aeronáutico, con una intensidad asombrosa. ¡Bravo!
Delicioso mi recorrido mañanero, tres km y medio de ruta litoral, entre el agua y el paseo marítimo, desde el puerto de la Caleta al río Vélez. La quietud, aun no ruidosa de motores, pero sí de bulla de gentes asentadas ya, con sus tumbonas y sombrillas, o sentadas en los poyetes del largo paseo. Expectantes, ilusionados en la espera. En el kiosco churrería frente a la ventana de mi estancia, una larga y lenta cola, muy crecida como ayer predecía Luis, el churrero, con su acento francés, por la llegada masiva de asistentes al Festival. -«¡Vaya paliza! ¡Otro año!, le espetó un cliente, a ver si ya dejan de hacerlo». «¿Por qué, siempre hay gente que protesta por todo? Es algo excelente, vienen miles de personas a verlo, es algo maravilloso… y dejará dos millones de € de ingresos».
Por el Paseo de Larios hay ya mucha gente a una hora del comienzo, en busca de lugares de encuentro y visibilidad. Muchos manosean y compran en los puestos «aeronáuticos» adornos, camisetas, prendas, escudos, avioncitos… Suena un alegre fondo musical en los múltiples altavoces, en donde se van a escuchar las precisas y documentadas explicaciones de cada desfile. El animado previo ha dado paso, a las 12 en punto, al arranque esperado.
La exhibición me ha parecido muy atractiva, más que la de 2019, que os conté. Definiendo la identidad de cada uno. La estrella ha sido la Patrulla suiza: estética, bella, elegante al deslizarse con hipervelocidad sus seis ‘misiles con alas’ y en sus mezclas y rombos, son maestros sin duda.
El Eurofighter, la bestia del cielo, con sus dos potentes Eurojet EJ200, impresiona, conmueve, revuelve los sentidos, no deja a nadie indiferente con su rugido que hace temblar hasta el último grano de arena de la playa.
Las exhibiciones acrobáticas: despegues, piruetas, giros, paradas, caídas verticales…los pilotos: atletas. El autogiro sostenible con energía renovable, pilotado por el número 1… exuberante habla en vuelo con niños que le piden giros y los ejecuta.
La patrulla hispano portuguesa Yakstars: el cruce francés, doble cruce espectacular… Ramón Alonso, el campeón mundial recuperado: 20 giros seguidos al son de zarzuelas castizas, 24.000 horas de vuelo… Etcétera. Podría continuar. En mi mente y la de los asistentes: el espacio, el misterio de mi infancia rural: cometas que me hacía con papeles pegados con engrudo y una cola muy larga de bramante con pajaritas que con su vaivén equilibraba el vuelo… Y luego llevando a mis mejores alumnos de Entrevías a visitar el Aeropuerto de Barajas… alguno de ellos convertido de mayor en Ingeniero Aeronáutico… Y ahora aquí …rejuveneciéndome en el disfrute.
Desde Torre del Mar, Fernando G. Cajal. SAE. 10.9.2023
Algunas fotos del día grande del festival aéreo internacional de Torre del Mar:
Un gran día de fiesta para asistentes, niños y profesionales
9 de septiembre de 2023
Espectáculo y pasión desde el inicio. Hay muchos niños de todas las edades, que lo viven boquiabiertos y con tapones en los oídos.
Entrenamiento, carpas en la playa central, parkings extra, expectación. Un estruendo repentino, el primer vuelo de reconocimiento, revuelos de palomas, sustos en las bulliciosas terrazas y en los chiringuitos del pescaíto … los aperitivos. El espectáculo que acaba de empezar une la técnica y pericia de los pilotos y la emoción que genera. Aquellos son protagonistas pero me gustaría ser cronista del goce de lo atractivo, la facultad humana de admiración. Destacar lo psicológico, la fuerza del espectáculo aéreo. Va más allá de la semántica: «atrae la atención y mueve el ánimo infundiéndole deleite y otros aspectos más o menos vivos o nobles…en un espacio». El espacio aéreo es más: desafío, logro, ‘magia del dominio’ de la ingeniería que los pilotos convierten en un espectáculo único. Apasiona, mueve sentimientos. El valor, la pericia, la belleza, la velocidad, recreadas en la literatura y la poesía. Llega al fondo de nuestra mente… la admiración sin límites. La huella que los escritores y poetas plasman en ese asombro por la aviación que parafrasea el ambivalente ‘Notre avenir est dans l’air’ del Picasso malagueño. Así os lo cuento porque es lo que percibo en este Festival de las sensaciones intensas, del asombro y la diversión. Mañana es el día central, ya os diré.
Fotos tomadas en el día de hoy:
Carpa de prensa, TV y autoridades, acotado de playa y espacios…