Barajas en la memoria. Nº1: “En busca de un erial”

Con esta entrega se inicia la serie de publicaciones históricas de Barajas escritas por Luis Utrilla Navarro, historiador aeronáutico y miembro de la SAE.

EN BUSCA DE UN ERIAL

Corría el año 1929 cuando la nueva compañía aérea estatal CLASSA, Concesionaria de Líneas Aéreas Subvencionadas, S.A., asumía los servicios en régimen de monopolio del transporte aéreo nacional e internacional.

CLASSA heredó de la compañía UAE, Unión Aérea Española, las instalaciones del Aeropuerto de Getafe, desde donde operaban los servicios aéreos que unían Madrid con Sevilla y Lisboa, mientras que los vuelos de Madrid a Barcelona realizados por la compañía Iberia utilizaban el Aeropuerto Loring de Carabanchel.

Información aeronáutica publicada por la Dirección General de Navegación y Transportes Aéreos con la ubicación de los aeródromos madrileños. Atlas de los Aeródromos Españoles. 1929

Las precarias instalaciones de Getafe dedicadas al uso militar, impulsaron la construcción de un aeropuerto civil para la capital, cuyo primer paso sería la búsqueda de un erial donde ubicarlo mediante el correspondiente concurso público.

Dicho concurso exigía que los terrenos estuvieran a menos de 15 kilómetros de la Puerta del Sol, por carretera o ferrocarril, y dispusieran de un kilómetro cuadrado de superficie, sustancialmente rectangulares y con un ancho mínimo superior a 600 metros.

El concurso se cerró el 15 de abril y a él se presentaron cuatro propuestas de terrenos que, tras los correspondientes estudios y evaluaciones, se concretaron en la oferta realizada por Rogelio Sol Mestre, en el término de Barajas.

Tenían estos terrenos una extensión de 493 fanegas -164 hectáreas-  y los ofrecía su propietario a 4.500 pesetas las 100 primeras hectáreas y a 4.000 pesetas las restantes, más 25.000 pesetas de indemnización por la huerta y las construcciones existentes, condiciones que fueron aceptadas por las autoridades aeronáuticas que firmaron la escritura de compra el 30 de julio de 1930.

El pueblo de Barajas circa de 1929. En la parte superior de la fotografía los terrenos que ocuparía el aeropuerto madrileño.

Era Barajas un pueblo antiguo, datándose su primera descripción del siglo XVI, y del que en 1751 el Catastro de Ensenada recogía que: “…está la villa de Barajas, puesta en un sitio muy llano y apacible, no está cercada, salvo de muchas y muy buenas huertas que la ciñen y la rodean por dos partes, de las cuales se saca mucha provisión de ordinario, así de frutas como de hortalizas para la villa de Madrid…no es pueblo marítimo sino mediterráneo…no tiene castillo, ni fortaleza alguna salvo la que el conde, mi señor, tiene junto a la villa de Alameda…”.

Nacía aquí la aventura del nuevo aeropuerto madrileño, mientras que el nombre de Barajas entraba de lleno en la toponimia aeronáutica internacional.

Mapa del municipio de Barajas de 1906, con la reseña de caminos y veredas y de la aldea de Rejas, incorporada a los terrenos del aeropuerto madrileño

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