La climatología y los accidentes en la aviación general

Por Jesús Pérez Blanco. Miembro del Consejo rector de la SAE

El 3 de febrero de 1959, los músicos de rock and roll Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper fallecieron en un accidente aéreo cerca de la pequeña localidad de Clear Lake, Iowa. Posteriormente, a este día se le conoció como «El día que murió la música» («The day the music died»), después de que Don McLean se refiriese a él de tal forma en su canción «American Pie» de 1971.

La meteo en el momento del despegue era desfavorable al vuelo visual, estaba nevando, y las previsiones para la ruta eran también incompatibles con el vuelo VFR. A pesar de todo ello, el piloto Peterson de 21 años y sin calificación para el vuelo por instrumentos que tampoco tenía el avión, decidió despegar.

El Tribunal investigador del accidente de la aeronave Beechcraft Bonanza concluyó que el accidente fue causado por «la decisión poco acertada del piloto de embarcarse en un vuelo que requería conocimientos de vuelo por instrumentos que él no tenía»

Beechcraft Bonanza.

Este accidente que causaba la muerte de una famosa celebridad venía a unirse a la larga lista de otros similares que desde los años 50 han sido trágica noticia al llevarse las vidas de personalidades y artistas que optaron por el avión para superar las limitaciones que impone el desplazamiento terrestre o simplemente por el atractivo que supone volar.

En los años 50 y 60 del siglo pasado muchos famosos se sintieron atraídos por la pasión que despierta el vuelo; entre ellos los actores James Stewart, George Montgomery, o Robert Taylor y más recientemente Clint Eastwood, John Denver o John Travolta.

No obstante, no fueron pocos los que dejaron su vida en accidentes de aviación. Cantantes como Patsy Cline, Otis Reding, Lynyrd Skynyrd, perdieron su vida trágicamente en desplazamientos aéreos para atender sus giras y presentaciones.

En este breve artículo desearía destacar los que tuvieron que ver con la realización de un vuelo en condiciones climatológicas desfavorables para el vuelo visual.

Estos accidentes se producen a pesar de la mejora de la seguridad operacional desplegada en todos los sectores y ámbitos de la aviación, construcción de la aeronave, equipamiento a bordo, manuales y procedimientos, instrucción, infraestructuras, y servicios meteorológicos para la aviación, etcétera.

Como prueba de ello, recientemente teníamos que lamentar la desaparición de Kobe Bryan y algunos miembros de su familia y amigos. Alrededor de las 9:47 de la mañana del 26 de enero de 2020, se estrellaba el helicóptero que le transportaba. Ninguno de los nueve pasajeros a bordo sobrevivió.

El 9 de febrero de 2021, el informe final de la NTSB concluyó que el piloto había volado hacia nubes espesas, contrariamente a los requisitos de VFR; la desorientación espacial resultante y la pérdida de control condujeron al accidente.

El mensaje es claro; el factor humano sigue siendo fundamental y el respeto a la normativa y las reglas de vuelo VFR un elemento esencial, que por desgracia ahora como desde los años 50 y 60 siguen olvidándose y solo la mejora de los elementos antes indicados consiguen en cierta medida reducir.    

3 de octubre de 2022