El avión supersónico que se derribó a sí mismo

Esta historia, o mejor dicho anécdota, tuvo lugar hace más de 62 años, concretamente el 21 de septiembre de 1956. El piloto Thomas W. Attridge se encontraba a los mandos de la aeronave cuando ocurrió el suceso.

Modelo de la aeronave protagonista

El día de esta curiosa historia el piloto se encontraba haciendo pruebas aéreas del F-11 Tiger con sus cañones. Con esta última frase ya podemos intuir un poco lo que ocurrió ¿no?

El piloto probó los cañones contra el océano cuando estaba realizando un picado, a una menor altitud volvió a disparar. Aparentemente todo había salido bien, hasta que de repente el motor sufrió un fallo crítico y la cabina se empezó a agrietar.

Thomas intentó volver a la base para así comprobar lo que había ocurrido, pero tal era el destrozo que tuvo que saltar del avión porque no había manera de controlarlo, de hecho el avión quedó destruido por el impacto con el terreno.

Cuando se realizó el informe del accidente, el piloto estaba convencido de que el suceso debía de haberlo producido el impacto de un pájaro, pues es lo que declaró.

Tras recuperar los restos del aparato y realizar las inspecciones pertinentes para buscar causas de lo que podría haber pasado, la sorpresa fue que el piloto se había disparado así mismo.

Según el informe y diversos documentos encontrados en Internet, el piloto mantuvo el mismo rumbo que los proyectiles y aceleró, y aunque lo lógico habría sido no  cruzarse con la munición, ésta empezó a perder velocidad haciendo impacto contra el propio F-11.

Cabe recordar que Thomas Attridge era un piloto experimentado.

Con esta historia comprobamos que aunque la probabilidad de que suceda algo sea muy pequeña, por baja que sea puede ocurrir.

En el siguiente link se pueden leer detalles técnicos de lo sucedido http://www.check-six.com/Crash_Sites/Tiger138260