Barajas en la memoria. Nº13: “La reforma del Mundial”

Fue a finales de los años setenta cuando los aeropuertos internacionales se situaron en el foco de los grupos terroristas, teniendo que hacer frente a frecuentes atentados y apoderamiento ilícito de aeronaves comerciales, lo que conllevó un cambio sustancial en los procesos de facilitación del transporte aéreo internacional.

En el caso del aeropuerto madrileño a estas reformas se unió la profunda remodelación de la Terminal Nacional impulsada por la celebración en España del Mundial de Fútbol de 1982.

Las obras se ejecutaron en dos fases, con el fin de no interrumpir el ya importante tráfico del aeropuerto y el objetivo era dotar a la Terminal de una capacidad de diseño de 1.000 pasajeros a la hora, que permitiría atender a un total anual de más de 21 millones de pasajeros año, cifra que se estimaba no se alcanzaría hasta 1995.

Tras la reforma el sistema de facturación contó con 59 mostradores, uno de ellos especial para el Puente Aéreo; cintas transportadoras de equipajes desde cada mostrador a las cintas generales; cuatro cintas generales desde facturación a la zona de carrillos; dos cintas de equipajes especiales y otras dos de retorno para el caso de suspensión de vuelos, que hacían un total de más de 900 metros de cintas de facturación.

Desde el vestíbulo de facturación se accedía a las distintas salas de preembarque, restaurantes, cafeterías y zonas de descanso a través de escaleras convencionales y mecánicas. Se instalaron nuevas tiendas; despachos de billetes; oficinas de información de compañías aéreas; acceso directo desde el aparcamiento de vehículos; puertas automáticas de entrada y salida, etc., construyéndose un puente elevado para tránsitos.

Las salidas estaban configuradas por dos salas de espera con cafeterías, controles de seguridad, 17 preembarques y 10 pasarelas telescópicas. Los preembarques estaban interconectados con un pasillo colector que permitía la utilización de cualquiera de las pasarelas de acceso directo al avión o de las 10 escaleras de descenso para el embarque a través de vehículos jardineras. Para el Puente Aéreo se destinaron dos salas en el ala norte del edificio.

Las pasarelas telescópicas contaban con una primera parte fija, de doble circulación, que sobrevolaba la vía de servicio, y una segunda parte telescópica compuesta de tres unidades de pasarela móvil, terminada en una cabecera totalmente orientable para su acoplamiento. Las pasarelas eran adaptables a los tipos de aeronaves más frecuentes de la época: B-727, B-747, DC-9 y DC-10.

El área de llegadas se situaba en la planta baja, a nivel de pista. Disponían de tres salas de recogida de equipajes: dos para llegadas de vuelos peninsulares y procedentes de las islas Baleares y otra para los vuelos del archipiélago canario. Entre las tres salas totalizaban un total de 10 hipódromos de entrega de equipajes con acceso directo a los mismos desde la vía de circulación, lo que facilitaba enormemente la operación de carga y descarga. El pasajero, una vez recogido el equipaje, podía salir directamente a la zona de transportes públicos o bien acceder al aparcamiento de vehículos a través del propio edificio, utilizando escaleras automáticas.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es GDLU2947-PIX-RED.jpg

En la planta superior a la zona de salidas se situó la zona de restaurantes, con una cafetería general, un restaurante autoservicio y dos restaurantes más. Además, se instalaron tres cafeterías: una en la zona de llegadas, otra en la zona del Puente Aéreo y la última en la sala de espera de pasajeros previa al control de seguridad.

También se inauguraron dos salas de cine situadas en el vestíbulo general, para que los pasajeros en espera dispusieran de un lugar de descanso y donde se proyectaban películas cuyo contenido era de índole turístico o económico sobre nuestro país.

Debido al enorme desarrollo que cobró el edificio Terminal con esta remodelación, fue necesario la instalación de numerosas escaleras mecánicas y ascensores con el fin de facilitar el acceso a las distintas plantas, así como la instalación de pasillos móviles, como el que unió la Terminal nacional con la internacional.

En la remodelación se incluyó una importante dotación de obras de arte. Esculturas de Alberto Sánchez, Eusebio Sempere, José Planes, Juan Haro, Oscar Estruga, Pablo Palazuelo y Pablo Serrano. Murales realizados por Javier Clavo, Joaquín Vaquero Turcio, José Luis Sánchez, José María Subirachs y Juan Márquez. Pinturas de Fernando Zobel, Francisco Farreras, José Guinovart, José Luis Verdes, José María de Labra, Juan Barjola y Rafael Canogar.

El artículo así como las imágenes quedan reservadas bajo derecho de autor, si se desea la utilización de estos se deberá citar el Archivo Histórico de la Sociedad Aeronáutica Española así como contactar a través de sae@sociedadaeronautica.org para su solicitud.